La tierra,
más el agua suave,
paciente tu brazo forja
la redonda tinaja de mi cuerpo,
vendrán los tiempos de la siembra
y el desvelo.
Espero abarcar tu noche
con la piel húmeda,
marrón como el río
Mi vientre tibio,
protegerá las flores.
Así,
llevaré tu sangre, amor,
tal presagio de los antiguos:
"Del cántaro
nacerá soberbio,
el árbol.
Trenzará el perdón con sus hojas verdes,
sumergirá el dolor en sus raíces envuelto,
cobijará los pájaros"
Habrá llegado la vida, vida;
los dioses, siempre la bendicen.
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