martes, 29 de enero de 2008

Leyenda

La tierra,

más el agua suave,

paciente tu brazo forja

la redonda tinaja de mi cuerpo,

vendrán los tiempos de la siembra

y el desvelo.


Espero abarcar tu noche

con la piel húmeda,

marrón como el río


Mi vientre tibio,

protegerá las flores.

Así,

llevaré tu sangre, amor,

tal presagio de los antiguos:


"Del cántaro

nacerá soberbio,
el árbol.

Trenzará el perdón con sus hojas verdes,

sumergirá el dolor en sus raíces envuelto,

cobijará los pájaros"


Habrá llegado la vida, vida;

los dioses, siempre la bendicen.