miércoles, 29 de agosto de 2007

Piel adentro



El pasado se repite,
como la luna, en todas las aguas.

El pasado es esta sombra que gana los espacios que ocupo.
Se va tragando las luces. Devora los bordes de mi cuerpo. Los que rozaron tu borde en ese mar de sábanas.
Al bajar la marea, en la bahía de tus piernas, mis piernas.
Tu amplia espalda encallada en la agitada hendidura de mi pecho, donde albergaba de aquel amor primero, las tempestades.
Mis brazos, fibras de hierbas trémulas, de savia  nueva, llegaban a tu centro caliente y húmedo. Como una ofrenda, la roja flor abierta de tu carne.
El sosiego, de los cuerpos hambrientos, se ausentaba y como ley natural el recorrido se iniciaba de nuevo.
Bebíamos de todas las pieles que éramos, las aguas que brotaban incesantes.
Dejábamos a los ojos y las manos con su lenguaje hacer el trayecto. 
Mientras otra luna se rasgaba en la persiana y con su red atrapó todos los peces para llevárselos muy lejos.
Con el filo de su curvatura  segó los corales.
En estas deshabitadas olas de seda desde entonces yazgo. Entre tu olor y el cielo, el verano, la noche y esta sombra voraz en mi ensenada.

2 comentarios:

amanda dijo...

la roja flor abierta de tu carne es hermoso, es una visi�n hiperfemenina dado que en general los tipos escriben cosas as� sobre mujeres, que les toques as� el culo me encanta, un tipo-flor, me encant� super, son muy seductores los tipos que muestran su parte femenina, los que lloran, los que son una flor roja. Alcoyana, Verbario.

verbario dijo...

Alcoyana, Amanda!!
Gracias por su comentario.
Un abrazo.