sábado, 26 de diciembre de 2015

 CONJURO


Sobre la grieta
seca y ancha,
nacida del polvo y la ceniza caen
el agua fresca y
la sal de tu piel
con la fuerza impetuosa del universo

Irrumpe entonces, la flor,
ofrendando
sus gineceos al viento,
negando el nombre al desierto
inaugura la posibilidad de la simiente.

Tu voz,
la lluvia que renueva el paisaje,
trae
los pájaros y 
el verde amplio a las hojas.
            
El alivio del rocío nocturno que
como cuarto creciente,
o un iceberg,
deja a los ojos sólo una parte;                                             
los motivos,
las dudas,
los deseos,
bajo el abismo absoluto
de la grieta que
subversiva
rompe 
el concepto geográfico de su espacio
para darle
la bienvenida
a los colibríes.

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